«Y creo que muchos escritores de novela negra […] tienen que sentir alguna clase de simpatía o identificación con los criminales, pues, de no sentirla, no se verían emocionalmente involucrados en los libros que escriben».
Patricia Highsmith
El regalo perfecto (al menos para mí) es un buen libro y de eso vamos a hablar, de libros escritos por diferentes autores que tienen una particularidad: en algún momento de su vida cometieron un asesinato real. Uno de ellos, incluso fue un asesino en serie de gran éxito en los platós de televisión. Desde la publicación de El crimen entendido como una de las bellas artes (Thomas de Quincey, Alianza 2006[1]) han sido muchos los novelistas que han tratado de recrear a través de sus palabras y de sus historias el crimen perfecto. Sin embargo también ha habido y hay escritores y escritoras que han perpetrado un asesinato siendo ellos los protagonistas de su propia novela negra. Escritores con un pasado en el que el acto de matar ha traspasado la ficción del negro sobre blanco o aquellos que matan en un determinado momento impulsados por diversas motivaciones.
Comenzaremos hablando de un oscuro mito en referencia a uno de los mejores escritores de novela negra de todos los tiempos: Sir Artur Conan Doyle. Uno de los muchos investigadores que ha ahondado en este mito es Rodger Garrick-Steele[2] que afirma que una de las aventuras más emblemáticas de Holmes y Watson, El sabueso de los Barkesville, no salió de la pluma de Doyle sino de la mano de Bertram Fletcher Robinson, envenenado por Doyle para robarle su obra y que jamás se conociera ésta verdad. ¿Es creíble que Doyle fuera un asesino? Esto lo dejamos para aquellos que siguen investigando este misterio.
Sin embargo, los siguientes escritores, sí que cometieron un crimen, sí que mataron a una persona motivados por razones tan dispares como el amor, el odio, la paranoia o la locura. Sus libros están en las bibliotecas, son estudiados por universitarios y en algunos casos podemos comprarlos on-line.
1.- Krystian Bala: Protagonista de su propia novela negra.
El 10 de diciembre de 2000 apareció flotando en el rio Oder (Polonia) el cadáver de Dariusz Janiszewski. El asesino había tensado una soga entre el lazo que lo estrangulaba y sus muñecas atadas a la espalda. La policía no halló ninguna pista ni encontró a ningún culpable: parecía un crimen perfecto. Pero en el 2003 Bala publicó su novela “Amok” donde se relata con minuciosidad un asesinato igual al que la policía estaba investigando, con detalles que ni siquiera la prensa sabia. El detective Jacek Wroblewski, leyó el libro con sumo interés descubriendo así las pistas que llevaron a Bala ante la justicia. Su vanidad le ha costado muchos años de prisión, donde prepara su segunda novela, “The Lyrik”, una secuela de Amok. Bala, quizás, podría haber cometido el crimen perfecto pero su vanidad no pudo vencer a la tentación de contar su propio crimen.
2.- Richard Klinkhamer: Crónica de un asesinato.
A diferencia de Bala, el holandés Richard Klinkhamer no logró publicar su obra en el momento oportuno Woensdag Gehaktdag (literalmente, “Miércoles, día de la albóndiga de carne”) porque su editor lo consideró una obra nefasta. El libro narraba con exactitud la historia de un hombre que se deshacía del cadáver de su esposa un miércoles por la noche, utilizando una trituradora de carne. Esto era exactamente lo que Klinkhamer había hecho con su esposa un año antes tras causarle la muerte después de golpearla violentamente en una discusión. Quizá, si la novela se hubiera publicado entonces, el caso se habría resuelto antes, pero no fue hasta 1997 cuando los nuevos propietarios de la casa del asesino contrataron a unos trabajadores para renovar su nuevo jardín. Sí, allí bajo tierra estaban los restos de Hannelore Godfrinon, la que había sido su esposa. Fue finalmente en 2007 cuando se publicó su libro escrito en prisión, Woensdag Gehaktdag[3] (“Miercoles leñador”), en el que se describe el asesinato de su mujer. Murió el 21 de enero de este año mientras dormía, a los 78 años de edad.
3.- Johann Jack Unterweger: Asesino en serie e intelectual.
Autor de 12 asesinatos en diferentes países. Todas las víctimas eran prostitutas. En 1974 se le condenó por primera vez tras estrangular a una joven de 18 años con su propio sujetador. En prisión escribió cuentos, poemas, obras de teatro y su autobiografía que se convirtió en Best Seller y que ha sido llevada al cine. Esta autobiografía fue la llave de su liberación ya que intelectuales austriacos, incluido el premio Nobel Elfriede Jelinek, periodistas y algunos políticos firmaron varias peticiones de indulto y tras 15 años en prisión el 23 de mayo de 1990 quedó en libertad. A partir de ese momento recorrió platos de televisión, le hicieron múltiples entrevistas[4] simbolizando la rehabilitación de los criminales, pero seguía matando. El 29 de junio de 1994 fue sentenciado a cadena perpetua por la perpetración de 9 asesinatos. Esa misma noche, al volver a prisión se suicidó en su celda con una cuerda hecha con el cinturón y los cordones de sus zapatos.
4.- Anne Perry: La Agatha Christie del siglo XXI
Sin embargo, en mi opinión el caso más emblemático es el de Anne Perry. En la actualidad Anne Perry, es una cotizada y exitosa escritora de novela negra, con 47 obras escritas y más de 25 millones de libros vendidos. Sin embargo en 1954 Perry se llamaba Juliet Hulme y junto a Pauline Parker asesinó a Honora Rieper, madre de Pauline. Lo único que les libro de la pena de muerte, fue su edad. Su historia se llevó al cine en “Criaturas celestiales”. En 2016 ha publicado “Sangre en el Támesis” (ediciones B).
El 22 de junio de 1954, la quinceañera Pauline Parker salió a pasear con su madre y su amiga Juliet Hulme, por los alrededores de Christchuch, en Nueva Zelanda. Pauline se colocó detrás de su madre y con una maza improvisada (un ladrillo metido dentro de un calcetín) comenzó a golpear a su madre. Cayó inconsciente al suelo pero Pauline siguió golpeando su cabeza ayudada por Juliet. La policía descubrió el cadáver con 45 heridas en la cabeza y algunas más en las manos. A su lado, un ladrillo cubierto de sangre.
Ambas adolescentes de 15 y 16 años eran alumnas de la Escuela Superior Femenina de Christchuch. Juntas habían descubierto el talento que tenían para la fantasía lo que les ayudaba a escapar de determinados convencionalismos de su época. Escribían novelas, poesías y llevaban un diario, siendo una de sus mayores ilusiones convertirse en escritoras famosas. Para conseguirlo, habían decidido huir juntas a Estados Unidos. De aquella amistad surgió una relación sexual y sentimental que llevó al crimen. Tengamos en cuenta que en aquella época la sociedad no estaba preparada para reconocer abiertamente dichas relaciones. Fueron los padres de Juliet los que al descubrir su relación y sus intenciones de fuga, decidieron trasladarse con Juliet a Sudáfrica para visitar a unos familiares. Los padres de Pauline, también aceptaron esta decisión de separar a ambas adolescentes. Ellas propusieron ir juntas a Sudáfrica, hecho que se les negó, pero ambas familias consintieron en que antes del viaje Pauline y Juliet pasaran diez días juntas. Este fue el momento en que ambas idearon el plan para asesinar a Honora Rieper, madre de Pauline.
Pauline plasmó en su diario el odio que sentía hacia su madre: “Es uno de los principales obstáculos de mi camino. De repente se me ocurrió el procedimiento para eliminar aquel obstáculo. Si muriera…” […] “ Lo tenemos estudiado cuidadosamente y temblamos ante la idea. Como es natural, nos sentimos un poquito nerviosas. Pero el placer de hacer los preparativos es muy grande” […] “Me siento tan ilusionada como cuando se prepara una fiesta. La próxima vez que escriba mi madre habrá muerto. ¡Qué extraño sentimiento de placer!”. Dicho diario (como ocurrió en España con el diario del Javier Rosado[5]) fue una prueba clave durante el juicio y tanto el fiscal como el defensor se apoyaron en el para sus alegatos. El diario mencionaba los motivos del asesinato, la fecha en que se gestó la idea, detallaba que días lo planearon, estudio de posibles armas a emplear así como el momento y lugar en el que tendría lugar el crimen. En este diario, quedaban descritas las fantasías de ambas niñas, sus proyectos, sus ambiciones y la intensidad de sus mutuos sentimientos
Fueron declaradas culpables el 29 de agosto de 1954. Se las condenó a prisión “hasta obtener el beneplácito de sus majestad” la única sentencia que en aquel momento se podía dictar en Nueva Zelanda para convictos menores de 18 años por un crimen que estaba castigado con la muerte. Ninguna de las dos mostró emoción alguna al escuchar la sentencia. Se decretó que ambas cumplirían condenas en diferentes instituciones, ya que el mayor castigo que ambas podían sufrir era el de estar separadas. Juliet Hulme pasó su condena escribiendo y estudiando idiomas. Pauline Parker continuó sus estudios graduándose en 1953. Ambas jóvenes recibieron un estricto tratamiento psiquiátrico con gran éxito lo que llevó a que obtuvieran la libertad cuatro años después, momento en que Juliet pasó a ser Ann Perry. Nunca han vuelto a verse, ya que ambas, siguen con vida.
Pero aquí no acaba todo: hay otros muchos asesinos que han utilizado las palabras para contar historias, algunas que han vividos ellos y otras que esconden quienes son o han sido en realidad:
5.- Oscar Castro[6]: poeta aficionado y fotógrafo ocasional que drogaba a sus víctimas en su piso de Barcelona para después violarlas y retratar “el acto” a modo de trofeo. Castro tenía dos vidas: de día era muy activo culturalmente dedicando parte de su tiempo a exponer sus fotografías y sus poemas; de noche era un depredador en busca de víctimas a las que agredir sexualmente.
6.- Vlado Taneski: periodista macedonio que escribía sobre sucesos para el periódico y novelas de suspense en su tiempo libre. Se le acusó de haber matado a tres prostitutas estrangulándolas. La policía empezó a sospechar de él debido a que sus artículos contenían detalles que sólo el asesino podía conocer. Tanevski murió en su celda a los 58 años de edad. De nuevo la vanidad, el pecado favorito del Diablo.
7.- Louis Althusser, reconocido filósofo[7] estructuralista francés que fue prisionero de los nazis. En 1980 estranguló a su mujer pero nunca fue juzgado por ello, ya que los psiquiatras afirmaron que fue un crimen cometido en un “momento de locura”.
8.- Géza Csáth, joven prodigio, psiquiatra y escritor húngaro, autor de “Cuentos que acaban mal”[8]. Su creciente paranoia y su adicción a la morfina hicieron que asesinara a su joven esposa. Acabó suicidándose a la edad de 32 años. En sus cuentos nos habla del mal y de la muerte como entidades abstractas y misteriosas que viene de fuera y se instalan en nosotros.
COCLUSIONES:
Los libros son el lugar donde realidad y fantasía se entrecruzan. Historias verídicas disfrazadas de fantasía son vendidas y leídas ávidamente sin que nos paremos a pensar si quizás una parte de esa historia es real. Algunos escritores han transformado su experiencia homicida en un Best-Seller con miles de ventas, unas obras que nacen de la muerte y que nosotros, lectores del género, creemos que simplemente son historias gestadas en la imaginación de estos escritores. Quizás sea un acto de redención, quizás su manera de decir al mundo, “eh, fui yo! Deténganme” o simplemente sea su forma de expresar y contar un acontecimiento del que simplemente, se siente orgullosos. Otros, simplemente, escriben y matan.
BIBLIOGRAFÍA:
- Doval, G. Los grandes asesinos de la historia. Alba libros, S.L. Madrid, 2012. Pp 109.
- Ovejero, J. Escritores delincuentes. Alfaguara, Madrid. 2011.
- Sumario del crimen número 30. Mujeres asesinas. Ediciones Drac. Madrid. 1991.
WEBGRAFÍA:
- http://www.biography.com/people/jack-unterweger-12103266 Consultada el 18/12/2016.
- http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/busca-victimas-1419348 Consultada el 17/12/2016.
- http://www.independent.co.uk/news/uk/this-britain/was-conan-doyle-a-killer-and-a-thief-698700.html Consultada 19/12/2016.
- http://elpais.com/diario/2007/08/10/revistaverano/1186696803_850215.html. Consultada el 17/12/2016.
[1] http://www.casadellibro.com/libro-del-asesinato-considerado-como-una-de-las-bellas-artes/9788420637402/764689
[2] Semejante hipótesis la sostiene en su libro de 446 páginas, La casa de los Baskerville, tras haber estado investigando en el supuesto crimen once años, ayudado en sus pesquisas por el científico y ex policía Paul Spiring. En el año 2000 Garrick-Steele solicitó al Ministerio del Interior y a la diócesis de Exeter un permiso para exhumar los restos de Robinson, y así poder determinar la verdadera causa de su muerte. Sin embargo, en 2008 la diócesis de Exeter denegó la petición de Garrick-Steele. No ha demostrado nada, pero si ha vendido muchos libros.
[3] https://www.bol.com/nl/p/woensdag-gehaktdag/1001004005575867/
[4] https://www.youtube.com/watch?v=pz5nJB1rQQg
[5] Javier Rosado, fue bautizado por la prensa cómo el “Asesino del Rol”. Os dejo el enlace sobre un artículo que escribí sobre él, donde podéis leer parte de su diario. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5440784
[6] http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/busca-victimas-1419348
[7] http://www.webdianoia.com/contemporanea/althusser/althusser_obra.htm
[8] http://www.casadellibro.com/libro-cuentos-que-acaban-mal/9788493560102/1146424
Magnifica investigacion
Pues lo comparto. Buen artículo en la línea de los demás.