“¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano? José Saramago.
El viernes 22 de julio de 2016 David Sonboly un joven estudiante de 18 años asesinó con una Glock 7 de 19 milímetros a 9 personas e hirió a 35 más en la ciudad de Múnich. Comenzó a tirotear indiscriminadamente a los transeúntes pasadas las 17.30 horas en la puerta de un McDonalds situado en el centro comercial Olympia. Tras los asesinatos, el joven se suicidó.
¿Qué lleva a un sujeto con una vida normal, a salir a la calle y asesinar indiscriminadamente a varias personas en un corto periodo de tiempo, convirtiéndose así en un asesino en masa? ¿Qué pasa por su cabeza para elegir víctimas al azar, en muchas ocasiones niños? Según la Organización Mundial de la Salud, el síndrome de Amok se refiere a un “episodio aleatorio, aparentemente no provocado, de un comportamiento asesino o destructor de los demás, seguido de amnesia y/o agotamiento. A menudo va acompañado de un viraje hacia un comportamiento autodestructivo, es decir, de causarse lesiones o amputaciones llegándose hasta el suicidio”.
El término Amok proviene de la palabra malaya meng-âmok, que significa “atacar y matar con ira ciega”, siendo en dicho país dónde este fenómeno se observó por vez primera. La RAE lo define como “Entre los malayos, ataque de locura homicida”. En 1972 el psiquiatra Joseph Westermeyer definió el síndrome de Amok como enfermedad mental que consiste en una súbita y espontanea eclosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada salga a la calle armada con un cuchillo o un arma de fuego y ataque, hiera o mate indiscriminadamente (hombres, mujeres o niños) a todas aquellas personas que aparezcan a su alcance. Por lo general el victimario suelen ser hombres de una edad comprendida entre los 20 y los 45 años.
Los medios de comunicación, los testigos y los informes policiales al describir a estos asesinos los catalogan de personas extrañas o encolerizadas, lo que sugiere una psicosis, una patología de la personalidad, un trastorno paranoide, o bien están sufriendo por una pérdida sobrevenida como perder su trabajo, la pérdida de un ser querido o un desengaño amoroso, lo que, en estos últimos supuestos, indicaría un posible trastorno depresivo.
La Criminología tiende a vincular muchos asesinatos en masa (mass murderer[1]) con el síndrome de Amok que se identifica por que un sujeto (o varios[2]) van acumulando tensión, preocupación y desolación hasta llegar finalmente a la depresión. El paso del tiempo hace que esta tensión acumulada, comience a emitir “señales” de que esos sujetos van a producir un ataque, el cual es anunciado a través de internet o en cartas que escriben (neópatas).[3] Recordemos a Pekka-Eric Auvinen (Finlandia, 2007) estudiante de 18 años que horas antes de la masacre había subido a YouTube un video titulado (JokelaHigh School Massacre, 11/07/2007). Lo mismo hizo el finés Matti Juhani Saari (Finladia, 2008). Matti había sido interrogado días antes por la policía, ya que había colgado vídeos en YouTube en los que empuñaba su arma, pronunciando frases como “Tú serás el siguiente en morir”. El resultado fueron decenas de muertos y una misma imagen que se compartió en la red: la de dos asesinos con un arma en las manos apuntando hacia adelante, hacia el espectador. Esos mensajes estuvieron a la vista de todos, pero aquellos que los vieron no hicieron nada porque quizás pensaron que era simplemente una broma de un adolescente.
Finalmente y tras planificar sus actos homicidas[4] salen a la calle con un arma blanca o un arma de fuego para expresar su rabia y su ira de modo salvaje, asesinando de modo indiscriminado a toda persona que se cruce en su camino. El fin de este “día de furia” se produce cuando el sujeto se suicida, es abatido por la policía o es detenido. Se ha estudiado exhaustivamente las causas que llevan a estos sujetos matar a un grupo de personas desconocidas considerando la importancia que puede tener en esta explosión de ira a) el hostigamiento, acoso o intimidación a la que hayan podido estar expuestos; b) si estos actos son llevados a cabo por personas con trastornos mentales; c) incluso si esos actos son para poner en práctica una venganza anunciada. En el caso de David Sonboly sufrió acoso escolar durante siete años y estuvo dos meses ingresado en tratamiento psiquiátrico en la clínica Harlaching.
En España sólo existe una sentencia en la que se nombra el síndrome de Amok: SAP SE 5787/2000[5], de 24 de julio. La defensa presentó un informe psicológico sustentando la pretensión atenuatoria basándose en que el procesado sufría un trastorno explosivo intermitente de la personalidad, del subtipo conocido como “amok”, presentándolo como un episodio agudo de comportamiento violento y descontrolado que la persona no recuerda y que finaliza con signos de liberación, catarsis, consternación o arrepentimiento por lo sucedido, tratando de demostrar así que el acusado era inimputable.
En 2012 Inés Geipel publicó “Der Amok-Komplex oder die Schule des Tötens”[6] (El síndrome de Amok o la escuela de la muerte), determinando que “estos sujetos casi todos ellos provienen de familias bien situadas, viven en ciudades pequeñas y tienen fama de excéntricos. Muchos sufrieron acoso en la escuela. Los menos tienen algún amigo” […] No es que estos jóvenes no tengan emociones” pero poco a poco van aislando su afectividad”. Este libro, fue encontrado en la habitación de David Sonboly, cuando la policía la registró tras el tiroteo.
Quizás el caso más paradigmático y sorprendente de Amok es el ocurrido en Polonia: Krystian Bala, escritor y fotógrafo, ha sido condenado a 25 años de prisión en 2008 por planificar y dirigir el asesinato de Dariusz Janiszewski. La policía de Wroclaw no había podido resolver el asesinato, hasta que fue puesto en su conocimiento que un asesinato muy similar aparecía en la primera novela de Bala, Amok (2003), publicada varios años después del asesinato de Janiszewski. Bala asegura que es inocente, y que se basó en los artículos periodísticos sobre el caso para escribir el libro. Sin embargo, los detalles y la precisión con que se describen algunos de los datos del asesinato (MO o escena del crimen) fue determinante para su condena. Actualmente, en prisión, está preparando su segunda novela. En este caso el ego de este individuo fue lo que lo llevó a prisión.
https://www.youtube.com/watch?v=DF5S7wJywZs
CONCLUSIONES
El amok existe en todos los países, diferenciándose únicamente en los métodos y las armas empleadas en el ataque. La cultura se convierte en un factor modulador que determina cómo se manifiesta el amok, pero no si éste ocurre o no. En occidente es amplia la lista de incidentes cuyas características encajan ampliamente con la descripción del síndrome.
Lo importante es tener presente que no se trata de incidentes aislados, sino de procesos socioculturales complejos en los que debemos plantearnos si los perpetradores de estas masacres fueron, en su gran mayoría, primero, víctimas.
Andrew Kehoe (18 de mayo de 1927), Charles Joseph Whitman (1 de agosto de 1966), Martin John Bryant, ( 28 y 29 de abril de 1996), Thomas Watt Hamilton (13 de marzo de 1996), Seung-Hui Cho (16 de abril de 2007), Wellington Menezes de Oliveira (7 de abril de 2011), Adam Lanza (14 diciembre de 2012). Todos ellos, se levantaron esa mañana con una agenda marcada por la tragedia. Iban a asesinar a personas elegidas al azar. Era simplemente cuestión de suerte, ser el elegido, o no.
BIBLIOGRAFÍA
- García Roversi, S. Asesinos Múltiples. El perfilador. Número 7, marzo 2012.
- Garrido Genoves, V; J.R Pereira y De las Heras, S. Homicidio múltiple de un solo acto: Un estudio de caso. Psicología Clínica legal y Forense, vol. 12, págs.. 191-219,2013.
- Garrido Genoves, V; Abarca, N. Crímenes exquisitos. Ediciones Versatil, S.L. Madrid. Página 717.
- Pérez Vaquero, C. La jurisprudencia sobre el delirio querulante y otras dos psicopatologías jurídicas. Derecho y cambio social. Fecha de publicación: 01/04/2015. ISSN:2224-4131.
WEBGRAFÍA
- Jurisprudencia española: http://www.poderjudicial.es/search/indexAN.jsp
- http://www.culturamas.es/blog/2014/09/24/el-eco-exagerado-de-krystian-bala/ Consultado el 07/10/2016.
- http://www.elmundo.es/internacional/2016/07/22/57924a8e268e3ea02e8b4580.html Consultado el 07/10/2016.
[1] Se consideran asesinos múltiples en un solo acto a los sujetos que matan a dos o más personas en un solo día o, a lo sumo, al cabo de 72 horas, sin que haya periodo de enfriamiento. Los criminólogos clasifican a estos asesinos según el lugar donde cometen sus crímenes: en un entorno familiar, académico, en lugares de culto, espacios abiertos, en los lugares de trabajo o aquellos que matan en diversos lugares durante su huida de la policía.
[2] El 20 de abril de 1999 Eric Harris y Dylan Klebold asesinaron a 15 personas y 24 resultaron heridas en las instalaciones del Columbine High School, en Colorado. Los dos estudiantes del centro que se suicidaron tras el tiroteo. Al parecer Harris había desarrollado una sociopatía, mientras que Klebold sufría una profunda depresión.
[3] Estamos ante sujetos con una vida social pobre e insatisfactoria, solitarios y que pueden perpetrar conductas antisociales o antijurídicas, escondiéndose tras el precario anonimato que les ofrece Internet, con el único objetivo de dar salida a sus frustraciones, su odio, sus fantasías y a su necesidad narcisista de ser reconocidos por la sociedad a cualquier precio. Podríamos decir que se trata de una nueva “enfermedad” vinculada a los avances tecnológicos. (Velasco de la Fuente, 2016). Fuente: Internet como escenario para nuevos delincuentes: los neópatas. (www.criminal-mente.es)
[4] David Sonboly, estuvo un año preparando minuciosamente la matanza que llevó a cabo el 22 de julio de 2016, planificando a conciencia su venganza contra el mundo por las palizas y humillaciones de las que había sido objeto en su centro educativo.
[5] SAP SE 5787/2000, de 24 de julio
[6] versa sobre otras masacres acontecidas entre 1996 y 2011: los casos de Martin Bryant, la matanza de Emsdetten, la masacre de Winnenden y los atentados de Noruega de 2011.
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