La delincuencia y en concreto los crímenes violentos, tienen una presencia diaria en nuestras vidas ya que no deja de ser más que el reflejo de la sociedad en la que vivimos. A través de los medios de comunicación, el ciberespacio y las redes sociales podemos saber lo que sucede en el mundo casi de inmediato y poner cara a sus protagonistas, esos criminales que nos aterrorizan y fascinan casi en la misma medida.
En el siglo de la información, podemos ver imágenes de las víctimas, de la escena del crimen, conocer el desarrollo de la investigación policial, escuchar las declaraciones del entorno de la víctima e incluso del asesino o asesina, lo que nos ofrece una visión del crimen desde todas sus perspectivas. Antes, había que acudir a la prensa especializada en sucesos donde se describía con todo detalle atroces asesinatos. Hoy una víctima descuartizada, la casa de un asesino en serie, la habitación donde se graba material de explotación sexual infantil, el sótano donde enterró a sus víctimas, el manifiesto de un asesino múltiple o incluso contemplar un asesinato en directo, están a tan solo un clic de distancia.
La evolución de la sociedad y la tecnología, ha creado nuevos delitos, nuevos criminales, y nuevos escenarios para delinquir. Laccasagne sentenció que “cada sociedad tiene la delincuencia que se merece”, y quizás estamos ante una verdadera premonición, porque del avance no solo como especie sino como colectividad, han surgido nuevos perfiles criminales, nuevas formas de delinquir, nuevas víctimas y una nueva figura: los observadores.
Homo Criminalis profundiza en las conductas delictivas extremadamente violentas, en el rol que tienen las fantasías y las parafilias en el guión criminal de los asesinos múltiples, en la los pedófilos digitales (Ipredators), la misoginia online de los incels (Gendertrolling), el sicariato femenino, los copycats, la cibercriminalidad social, la caza de víctimas por Internet o cómo y porqué algunos psicópatas alcanzan el éxito profesional y el liderazgo.
Muchos de los delincuentes y de los peores criminales de nuestra historia, han buscado fama y notoriedad con la intención de pasar a la historia, incluso manteniendo relaciones epistolares con la prensa. Y hoy, nuestra sociedad ayudada por los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, les ofrece los medios para poder lograrlo, llegando al extremo de reflejar ante los ojos de todos que, en muchas ocasiones, es más importante el criminal que sus víctimas.
17 de marzo en librerías y en formato digital.
Excelente
Muy interesante el tema de lo que en verdad se vive hoy en día la evolución del delincuente y del delito.