“La mujer no apuñala una vez sino hasta que se la acaba la fuerza. No pega un tiro, vacía el cargador. Y por los siglos que pasó confinada en la cocina, su ingrediente favorito es el veneno”.
Hay un montón de cosas que hombres y mujeres hacemos de manera diferente: una de ellas es matar. Estadísticamente está comprobado que hay muchos más asesinos en serie masculinos. Sin embargo, no debemos obviar que también hay mujeres asesinas [y en serie] y que aunque su número sea bastante inferior son letales y en la mayoría de los casos… silenciosas. Pueden pasar desapercibidas.
Las mujeres apenas tienen protagonismo en la esfera criminal lo que ha provocado que las investigaciones al respecto sean escasas debido a su bajo porcentaje de incidencia en nuestra sociedad. Pero no olvidemos que las mujeres también asesinan y utilizan sus propios medios y tienen sus propios motivos.
En este artículo vamos a exponer de modo muy conciso diez características que hacen a estas mujeres tan letales y en muchos casos tan difíciles de descubrir.
1.- Las asesinas utilizan su género en su propio beneficio: un gran número de estas mujeres tienen profesiones tradicionalmente femeninas. Son enfermeras, auxiliares de enfermería, auxiliares de geriatría o cuidadoras de bebes, niños y ancianos. Esto supone una gran ventaja para ellas, puesto que les permite tener un fácil acceso a víctimas vulnerables como enfermos, ancianos, bebes y niños. Además aparecen ante los demás como abnegadas profesionales mostrando su lado más humano, lo que les hace parecer frágiles e inofensivas.
2.- El veneno es el método de elección preferido de las asesinas. Es un método silencioso, discreto y requiere tiempo y paciencia. Este modus operandi está muy relacionado con el tiempo que tarda la policía en descubrirlas y detenerlas. Generalmente usan veneno en dosis bajas para registrar el asesinato como muerte natural y que no sea fácilmente detectable en la autopsia aunque en muchos casos con un gran sufrimiento para sus víctimas. Matan limpia y lentamente, siendo la propia víctima la que de su propia mano ingiere el veneno, ante la atenta mirada de estas mujeres. A estas mujeres se las denomina viudas negras o ángeles de la muerte.
3.- Las asesinas conocen a sus víctimas: son amigos, su esposo, su amante, su pareja sentimental, sus hijos, otros familiares o incluso, en contadas ocasiones, alguien de su entorno laboral. Estos confían en ellas y no sospechan que puedan ser una víctima potencial de estas mujeres. La mayoría son geográficamente estables, asesinando en el mismo lugar donde viven o donde trabajan.
4.-El perfil de una asesina es preocupantemente común: normalmente es una mujer joven, agradable con sus vecinos y su entorno, amiga de sus amigos, casada con hijos y con una profesión que en muchos casos supone un contacto directo con personas vulnerables. En muchas ocasiones pasa totalmente desapercibida al llevar una vida completamente normal y ofreciendo la apariencia de buena amiga, buena compañera, afable, cordial y siempre dispuesta a ayudar a otros.
5.- Las asesinas en serie son más difíciles de detener ya que en muchas ocasiones estos asesinatos se presentan como muertes naturales y no se abre ningún tipo de investigación, con lo que están matando durante más tiempo. No llaman tanto la atención, son metódicas, discretas y en muy pocas ocasiones cometen delitos de sangre. Las mujeres actúan durante ocho años antes de ser detenidas casi el doble de tiempo que se tarda en detener a un asesino en serie.
6.- Las mujeres matan por los recursos. La motivación principal de muchos asesinos en serie es la dominación sexual, y ejercer la dominación y el control sobre sus víctimas. Sin embargo a una gran mayoría de las asesinas, el sexo no les motiva sino que es su avaricia: matan por poder o por dinero. Al lucro le siguen motivos como el odio, la venganza, los celos, la envidia y el control sobre la vida y la muerte.
7.- La mayoría de las mujeres que están en prisión por asesinato están ahí porque mataron a su marido, a un novio, a un amante o a un hijo, es decir no buscaron a una víctima al azar ni mataron a un desconocido. A diferencia de los hombres, las mujeres no salen a “cazar”, no acechan ni buscan una víctima desconocida porque la tienen ahí mismo: duermen con ella, la alimentan o la cuidan.
8.- En muchas ocasiones asesinan en compañía de un hombre, lo que hace que las víctimas elegidas sean mayoritariamente mujeres jóvenes y niños. El hombre planifica, y ellas actúan activamente en todo el proceso criminal: Charles Starkweather y Caril Fugate (11 víctimas) o Frederick y Rosemary West (12 víctimas). En estos casos emplean armas de fuego, armas blancas, sofocación, estrangulación, tortura y agresión sexual.
9.- Las asesinas son igual de propensas a asesinar a otras mujeres y niños, que a los hombres. En los EE.UU. por lo menos el 51% de las asesinas documentadas mataron a otra mujer. Más del 30% han asesinado a un niño. En España, en 2013 murieron 14 niños a manos de sus madres y en 2015 veintinueve hombres han sido asesinados a manos de sus parejas o ex parejas.
10.- Algunas mujeres inducen a otras personas a matar por ellas. Se trata de aquellas mujeres que auto victimizandose, terminan convenciendo a terceras personas para que acaben normalmente con su marido o su pareja sentimental, utilizando para ello el sexo, los sentimientos o a cambio de una compensación económica.
CONCLUSIONES:
Las mujeres que deciden matar son frías, calculadoras, precisas, metódicas… Llevan a cabo un trabajo más limpio y exitoso que el de los hombres, por ello no se les puede agrupar en la misma categoría y tratar de definir a ambos bajo los mismos conceptos.
Muy pocas mujeres cometen asesinatos violentos movidas por un impulso incontrolable. Ellas no tienen prisa, prefieren la astucia, el disimulo y sobre todo la paciencia. Son conscientes de que lograr el resultado muerte, les llevará un tiempo, y mientras envenenan, observan, vigilan y cuidan a la víctima dando una imagen distorsionada de ellas mismas a los demás. Su sangre fría es implacable, ya que esperan a que pasen los días, incluso los meses al lado de la víctima hasta que la ven morir ante sus propios ojos, siendo conscientes de que lo que están haciendo día tras día.
En la actualidad las mujeres son las responsables de la mayoría de los asesinatos de lactantes y niños, la mayor parte de los malos tratos físicos a niños y la cuarta parte de los abusos infantiles.
BIBLIOGRAFÍA:
- DONIS, M. Envenenadoras. Madrid. La esfera de los libros, 2002.
- MARLASCA, M; RENDUELES, L. Mujeres letales. Historias de asesinas, policías y ladronas. 2004. Madrid. Ediciones temas de hoy.
- RAMILA, J. Depredadores humanos. El oscuro universo de los asesinos en serie. Madrid. Nowtilus. 2011.
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