La criminalidad femenina se ha ignorado por la criminología durante mucho tiempo, quizás porque se considera que es poco trascendente o no es esencial debido al reducido número de casos o porque hasta el momento no ha constituido un problema social tan evidente como en el caso de la criminalidad masculina. Sin embargo en las últimas décadas la delincuencia femenina ha ido poco a poco en aumento y las mujeres han participado en diferentes delitos, algunos de ellos vinculados tradicionalmente a la delincuencia masculina debido a la violencia con la que han sido cometidos, como es el caso de los asesinatos en serie.
Se comenzó a estudiar con gran interés el perfil de los asesinos seriales masculinos, estando en la actualidad bien definidas las características de su personalidad, pero a día de hoy se sabe aún muy poco de las asesinas seriales, a parte de su baja representación estadística y de que las motivaciones que las llevan a matar son muy diferentes a las de los hombres. Keheller y Kelleher[1] argumentan que las asesinas seriales tienen más éxito, son más cuidadosas, precisas, metódicas y planificadoras a la hora de cometer sus crímenes. Examinaron un centenar de casos desde principios del siglo XX y vieron que actuaban durante 8 años antes de ser detenidas, justo el doble que el tiempo que se tardaba en detener a un asesino en serie.
¿Por qué matan las mujeres? ¿Sus motivaciones y sus métodos son iguales a los de los hombres y son igual de malvadas? Las estadísticas demuestran que las mujeres matan con menos frecuencia que los hombres, pero sus métodos pueden ser igual de crueles. Las mujeres cometen el 15% de todos los crímenes violentos y un 28% del total de los crímenes. Tan solo un 8% son asesinas en serie. En Estados Unidos están el 76% de todas las mujeres asesinas en serie del mundo.
Aileen Wuornos[2] ha sido calificada como la primera depredadora asesina en serie de la historia. Ejercía la prostitución y asesinó a siete hombres, incluyendo a un policía según ella en legítima defensa ya que sus clientes se ponían violentos. Murió en Florida en octubre de 2002, después de administrarla una inyección letal. Su carrera criminal tiene importantes paralelismos con los asesinos seriales masculinos: su sangre fría, su gran capacidad para mentir y engañar, la elaboración de una trampa para atraer a sus víctimas (todas ellas hombres). Sin embargo hay una gran diferencia que la separa de los asesinos en serie masculinos: la ausencia del factor sexual en los crímenes.
Un estudio publicado en 2009 en España y basado en la población reclusa de nuestro país, indicó que la proporción de mujeres delincuentes es de 10 por cada 100 hombres, lo que demuestra que las mujeres delinquen menos, son menos violentas y menos reincidentes que los hombres. Actualmente, siguen desconociéndose las causas de la menor incidencia de la criminalidad en el sexo femenino, aunque se barajan diferentes explicaciones desde un punto de vista multidisciplinar: factores genéticos, fisiológicos, biológicos o sociocultares. Sin embargo no se puede negar la evidencia de las estadísticas que revelan que por cada 15 asesinos seriales, existe una asesina en serie.
PERFIL CRIMINAL DE LA ASESINA EN SERIE Y TIPOLOGÍAS
El perfil de la asesina en serie, según un estudio hecho por Eric Hickey en 1997[3] a partir del análisis de 34 asesinas en serie estadounidenses es el siguiente:
- La media de edad de estas criminales se sitúa a partir de los 33 años.
- El 50% de ellas contó con la colaboración de un cómplice masculino.
- Sus víctimas preferentemente son personas con una baja capacidad de defensa como niños, ancianos o personas enfermas que necesitan cuidados o bien aquellas personas que confían plenamente en ellas debido a la existencia de una relación sentimental, familiar o de amistad, de modo que en la mayoría de los casos las asesinas conocen a las víctimas.
- El motivo fundamental por el que asesinan es el lucro (75% de la muestra).
- El método más empleado (casi el 50%) es el envenenamiento.
En 1998 los investigadores Wilson y Hilton, tras estudiar a 105 asesinas en serie, aportaron un dato muy valioso. Establecieron que el veneno era su arma favorita para llevar a cabo los crímenes y que este método estaba relacionado con el tiempo que tardaba la policía en descubrirlas y detenerlas. Generalmente las mujeres que utilizan el veneno para cometer un crimen tardan más tiempo en ser descubiertas que si emplearan otros métodos, puesto que también se tarda más tiempo en detectar la presencia de veneno en los cuerpos de las víctimas, lo que hace que mientras sigan matando.
Sin embargo, algunas de las asesinas de la historia criminal no actuaron solas, sino que contaban con la ayuda de un cómplice, otra diferencia fundamental con los asesinos en serie que casi siempre actúan de modo individual. Esta circunstancia, marca una diferencia muy importante a la hora de escoger a las víctimas, porque entonces ya no se trata de ancianos, niños o confiados maridos o amantes, sino otras mujeres. Esto es debido a que no es ella la principal planificadora del crimen, sino que es la que ayuda a asesinar al hombre y no al contrario.[4] En algunos casos ellos ejercen un gran poder sobre las futuras asesinas, convirtiéndose en seguidoras sumisas y fieles.
MOTIVACIONES: ¿PORQUE MATAN LAS MUJERES?
En 1994 Holmes y Holmes, elaboraron una tipología de asesinas seriales basada en las motivaciones que estas tenían para llevar a cabo sus crímenes: (clica sobre la imagen para leer el texto).
Michael y C. Kelleher (1998) argumentan que la tipología de organizado y desorganizado construida por Ressler, Burguess y Douglass no es adecuada para clasificar a las asesinas en serie, de modo que proponen otra diferente: su tipología está basada en si la mujer asesina en serie actúa sola o si actúa acompañada. A partir de este argumento, determinaron la siguiente tipología: viudas negras, asesinas en equipo o en grupo, enfermeras de la muerte, problemas de locura, depredadoras sexuales, homicidio inexplicado, venganza, crímenes sin resolver atribuidos a mujeres y crímenes por beneficio.La categoría más frecuente de asesinas en serie es la motivada por el lucro, donde encuadraríamos a las viudas negras. Ha habido muy pocas que hayan asesinado motivadas por el sexo o el sadismo. También son más habituales las mujeres que desean ejercer un control o dominio sobre sus víctimas, las llamadas ángel de la muerte.
Ellos matan, nosotras matamos. Todos podemos matar por diferentes motivaciones y en diferentes circunstancias. Matar no es una cuestión de sexo.
BIBLIOGRAFÍA:
- RAMILA, J. Depredadores humanos. El oscuro universo de los asesinos en serie. Madrid. Nowtilus. 2011.
- ÁVILA, D. Mujeres asesinas. 2005. Madrid. Libro Hobby Club, S.A.
- ABEIJÓN CASTRO, P. Asesinos en serie. 2005. Ediciones Arcopress.
- MARLASCA, M; RENDUELES, L. Mujeres letales. Historias de asesinas, policías y ladronas. 2004. Madrid. Ediciones temas de hoy.
[1] El matrimonio Kelleher, en su obra Murder most rare: the female serial killer (1998), realizaron una clasificación de las asesinas en serie que comprende 9 diferentes tipologías.
[2] Hoy en día casi todo el mundo conoce a esta asesina en serie gracias a la película Monster (Patty Jenkins, 2003) protagonizada por Charlize Theron, en la que queda reflejada su historia.
[3] Fuente: Andrea López Martín. Artículo las mujeres también matamos. Derecho y cambio social. ISSN: 2224-4131.
[4] En Europa tenemos el ejemplo de pareja de asesinos seriales Frederick y Rosemary West de Gloucester (Inglaterra). A él se le acusó de matar a diez mujeres durante 20 años y a ella de cómplice en algunos de estos crímenes y de actuar en solitario al menos en tres más. La historia criminal también nos ha dejado otras parejas como Charles Starkweather y Caril Fugate .
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